La desmemoria del mentiroso

febrero 09, 2021

Ángela Merkel, era la alumna preferida, e hija política del canciller alemán Helmut Khol. El canciller Kohl fue el líder europeo mas importante en aquellos años (1.982 – 1.998), y entre otras cosas, impulso los fondos de cohesión europeos y lideró la reunificación de Alemania.

Ni Europa, ni Alemania, se entenderían hoy, sin su impulso con su visión avanzada y precisa

Sin embargo…

Khol, ya retirado de la política, cayo en desgracia al conocerse la financiación irregular de su partido. Ángela Merkel, reacciono de inmediato con una contundencia absoluta, admitiendo la gravedad de la ocurrido y neutralizó por completo la herencia del difunto canciller.

La valentía y la inteligencia de Merkel, están en otra dimensión, donde no llega la infantil personalidad de Pablo Casado. Con lo que ya llovía entonces, y en la despedida de Rajoy, solo le faltó, como dijo Butragueño de Florentino Pérez, llamarle ser superior y besar los zapatones del pazguato, sin reparo alguno.

Esta magistral enciclopedia de la corrupción institucional que han escrito, en muchos tomos, los escribas de Génova durante décadas, no podía tener peor defensor posible, que el chiquillo Casado, al que le pillan en todas. Se nos puso dignísimo la otra mañana, diciendo que el no habla con delincuentes y resulta que manda emisarios, ya siendo presidente del partido, para ver que se hace con el tal, Luis el fuerte.

Casado pinta poco o nada en su partido, Feijoo, amablemente, no le hace ni puñetero caso, y la choni-megachoni de la puerta del sol, pasa de él, como de la cordura. Solo le falta que la pifie en las elecciones catalanas, cosa que es posible y convertirá a Pedro Sánchez en el líder que no es y su futuro será un eterno purgatorio.

Para mentir bien y que no te pillen, hay que tener una grandísima memoria y una prodigiosa inteligencia, con estos requisitos es mejor que hagas una de Merkel o que te vayas, Pablo.

En otro orden de cosas, el otro Pablo, Iglesias de apellido, ha vuelto a su afán de torpedear a su propio gobierno. Es verdad, que, en los últimos años, hemos perdido calidad democrática, sobre todo en términos de libertad de expresión, meter en la cárcel al rapero es un verdadero disparate. Por cierto, he leído algunas de sus letras, y bastante condena tiene ya él, con oírse, no hace falta más, palabra.