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4M, San Isidro








 



Sin venir a cuento, solo por razones de interés electoral, se ha mutado la festividad y el festejo taurino del santo patrón, al día 4 M, vistiendo la plazuela de la Puerta del Sol, lugar de historia y encuentros, con un alfombrado albero y banderitas. El todo Madrid, esta convocado al festejo, la abstención estará alimentada por la desidia de algunos, miles de nuestros mayores, a la fuerza, ausentes y el llenazo en UCIs y hospitales, tan silenciados últimamente, 

 

Nada más anunciarse el festejo, saltó un espontáneo, desde el confort del palco de autoridades, a esta plaza donde todo comenzó para él.  Hay quien dice, que este movimiento es el ultimo pasillo antes de alcanzar la puerta de salida, de un mundo que se le ha vuelto hostil. Pablo Iglesias con su belmontina coleta, ha bregado pundonoroso, provocador y temerario, en la inseparable compañía de ese rictus de su entrecejo, presagio de una profunda agitación, recreándose en exceso en ese papel.


Todos, menos Pedro Sánchez, sabían que el silencio y la falta de festejos, había acartonado hasta la momificación a quien transmitía sabiduría de un veterano profesor templado y sincero, y ha quedado relegado a un picador orondo a rebufo de todos. No era el candidato, Gabilondo, y menos en un mar con tanto fondo, donde su dialéctica y estilo son, lamentablemente, una anomalía. Concluido el festejo, no queda otra que colgar castoreño y calzón in finitum.

 

Ah, Edmundo, tiene cara y hechuras copiados de un lienzo del Greco, tal es su parecido que la presidenta, dispuso asumiera el papel más breve y menos vistoso del festejo, como alguacilillo. De esta guisa ha despejado plaza, con su triste figura en un maltrecho y aturdido jamelgo que le cedió Aguado ahora en forzado retiro. Tras su breve paso, se aleja del inminente desahucio para guarecerse en su último reducto de la carrera de San Jerónimo. Recuerdos a Albert Rivera. Fin. 

 

 Más clásica que una Mahou o el hilo negro, y a los sones del pasodoble España Cañí, llega en calesa, tan a juego con lo suyo, saluda con suficiencia y ocupa palco de relumbrón, porque ella no torea, ni falta que le hace, que faenas, ya ha hecho bastantes. Aunque los “ciegos” no lo quieran ver, tras dos años ausente, excepto para la gresca y el tu más, de lo que sea, busca del respetable, el complice blanqueo para otros dos, de más de lo mismo y que mejor prueba que su programa electoral de un blanco inmaculado.  Su definición de Madrid (solo de la ciudad) tan banal como infantil, queda lejos de la ciudad cosmopolita y rica para resumirla en esos dimes y diretes de parvulario. Madrid ha sido  acogida, casi nadie era de Madrid y todos éramos madrileños, hay tantos madriles, como vidas y sueños y parece que hay vida inteligente mas allá de Chamberí, ¡que sí!

 

De verde quirófano y oro, muy baqueteada en debates y rifirrafes duros, hoy toma la alternativa la apoderada por Errejon, quien le grita desde el burladero, ¡con la izquierda, con la izquierda!  Maja y limitada, se ha quedado a medio camino enredada en una izquierda bipolar, según el día y la hora y con una oferta sosita, ceñida en exceso al mundo de la sanidad, comprensible.


Monasterio y su veneno que asoma tras cada sonrisa, viva imagen de Cruela de Vil, solo espera que la acidez mental que sufre se irradie por el sol y la sombra y el huracán de la ira y el odio lo barra tod. Si no fuera por el peligro que desprende, daría muchas pena. 

 

Hasta los mas descreídos, esperan del tal Isidro un milagro y que reparta la suerte que merecemos y que tanta falta nos hace.

Muy de tu rollo

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