Andaba yo preocupado y ansioso en la búsqueda de cosas de un pasado, que parece se nos viene encima, como un mal sueño, sin contemplaciones, por obra y desgracia del voto cazurro, de áspero tintorro, ardor guerrero, sol y moscas.
Menos mal que mi santa madre, tan cuidadosa ella en todo, preservó con mimo este tesoro en el desván de la casa del pueblo, que es lugar, ya se sabe, que siempre acumula historia y recuerdos ya casi olvidados, y así, por fin, aparecieron para mi necesaria reconversión al pasado dos libros o libretos de inexcusable actualidad y utilidad, si nadie o muchos no lo remedian.
Mi ateísmo, que ya roza los 50 años de voluntario y entusiasta ejercicio, no tiene muchos visos de futuro en un lugar, ¿ o debería decir patria? donde se pretende recuperar la religión como bien supremo que permite, sin error posible, diferenciar a los buenos de los malos o herejes y sobre todo; a la gente de bien del resto, así que me he aplicado de lo lindo con el catecismo de páginas amarillentas e irregular impresión.
Tranquilos, he avanzado mucho en el “ave maría”, progreso adecuadamente con “el credo”, pero bordo a lo grande, eso si, el “padre nuestro”.
Que decir, de esta joya literaria, donde la raza, el orgullo y el buen nombre de España, se agolpan con sabiduría y honda gallardía en cada una de las páginas y párrafos del libro de Formación del Espíritu Nacional, donde se ensalzan los verdaderos y únicos valores que hicieron de la patria un lugar único y envidiable, prueba de ello fue la invasión primero de millones de blancuchos turistas y luego de tantos emigrantes, aunque al parecer al patriotismo que nos gobernará, les parecen demasiados.
Supongo que en breve volverá el No-Do y homosexuales y mujeres volverán al lugar del que, al parecer, nunca debieron salir, el armario y la cocina y desde luego y por encima de todo, el idioma español volverá a resplandecer universalmente, a pesar, eso si, de la dolorosa marcha de Toni Cantó.
Casualidad o no, el caso es que mi madre guardó también, mi libro de geografía con su plástico protector de tan débiles caratulas, donde además de un buen número de páginas pegadas que nunca llegué a separar, lo siento, he podido empezar a rememorar aquel mapa que aprendí de memoria, junto con los principales ríos y cordilleras y donde aquella España se coloreaba solo a efectos ilustrativos, ya que era un solo todo.
Castilla la Nueva, Castilla la Vieja, Vascongadas, etc.
A eso vamos, porque la derecha, que va a ganar las elecciones, se ha dado la vuelta y encara el futuro con quienes nos quieren meter de nuevo en el pasado, en aquel pasado.
Y si no que se lo pregunten a la señora o señorita Guardiola (Extremadura) que le duró el valor y la decencia lo que le duró.
¿o alguien se cree de verdad el cuento de la moderación, la centralidad y demás simplezas?




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