Eso ya lo dijo Fraga y después todos los demás, hasta que M.A.R (Miguel Angel Rodríguez, el jefe de todos), le puso una guinda al merengue y se inventó, aquello de que nos iban a colar un cambio de régimen por la puerta de atrás.
Muy bien cerrada debe estar esa puerta, o el cambio de régimen es tan tímido, que no se atreve a pasar, sin llamar.
El caso es que un hombre a contra estilo de la actual politiquería que sufrimos, un tipo tranquilo, educado, sensato y sin fusil ametrallador debajo de la lengua (Salvador Illa), ha ganado las elecciones en Catalunya. Este triunfo nos ha traído de la mano, el fin de una mayoría independentista que enloqueció a muchos e hizo irrespirable todo, además de dejarse por las cunetas y calles, las cenizas del seny y una buena parte de la riqueza acumulada.
Pero como ya le pasó, al Cid Campeador, el cuerpo presente del “proces” será utilizado después de muerto, para parecer que vive. Aunque la comparación me resulte odiosa hasta a mi, ese ha sido el modus operandi de esos extraños constitucionalistas con ETA, un comodín diabólico que se saca en según que tiempos y para según que cosas, aunque el cadáver sea ya polvo de la historia.
Con el PIB en máximos europeos y con la digestión que ha hecho el votante catalán de la amnistía, solo les queda soplar las brasas de lo que fue y de lo que solo los que lo promovieron y a los que se les coló entre las piernas les interesa, seguir cacareando de él. (Procés), a pesar de la terca realidad de los resultados.
Solo Puigdemont y Alberto Núñez Feijo, aparentan creer que “el procés” aun respira. Y este último, ha cometido un alarde de soberbio ridículo, anunciando que el presidente del gobierno va a machacar los resultados de Salvador Illa, cediendo la presidencia de Catalunya al que fuera inquilino en Waterloo.
¿tanto afecta a las neuronas el aire viciado intramuros de la M-30?
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