OFTALMOLOGÍA
Santos Cerdán ha dejado, tras de sí, un rastro de manos quemadas y una herida insoportable.
Pero estos dolores no nos son nuevos.
Esperanza Aguirre no vio venir, y jamás pudo imaginarse, el paseíllo de varios consejeros suyos y de sus dos vicepresidentes por el angosto pasillo del módulo de ingresos de algunos penales cercanos a la capital.
Tampoco M punto Rajoy, fue capaz de vislumbrar, o no se lo explicaron bien, el sucio lío en el montaje de la policía patriótica y de los espionajes varios en el que andaban metido su ministro, el famoso Villarejo y la inefable Cospedal, mujer tajante como pocas.
Y por lo visto, tampoco Pedro Sánchez, anda fino de retinas, cuando sus dos secretarios de organización le han salido aprendices aventajados de los Gürtel, ayudados por un ex cortador de troncos que esconde, rematadamente mal, las cosas comprometedoras. El caso es que la vibrante intervención de José Luis Ábalos en la histórica moción de censura, contra la insoportable corrupción del PP, nos ha traído estos barros fangosos y pestilentes.
Vivimos, desde un tiempo a esta parte, en un vacío incontestable y viajamos dentro de un cometa sin rumbo, que solo crea y genera falsas esperanzas proclamadas por los profetas del caos.
Yo del eterno candidato a la alternativa (Feijóo), no me fiaría mucho, porque además de haber perdido las gafas, anda el hombre pegándose abrazos y felicitando efusivamente a un zombi llamado Mazón, mal augurio.
Además de jefes de gabinete, asesores y demás, parece necesario introducir a un buen oftalmólogo de cabecera en las direcciones de los partidos.
A ver si así…….
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