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Otra Aventura del Bucanero Paul "el bueno"


 MARAVILLOSA AVENTURA DEL BUCANERO PAUL “el bueno” Y SU AMIGO “Ciruelo”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tronchaespinas es un enorme tiburón con dos terribles filas de dientes, tan afilados, tan afilados, que, con ellos, se podría cortar en dos el pelo mas fino en dos.

 

 

La ilustración: dientes de tiburón blanco | Dibujo de tiburón, Tatuajes de  tiburones, Arte de tiburón

 

 

 

Al tiburón Tronchaespinas, le encantaban las sardinas. Y se pasaba los días buceando por la costa de Adra, cazando las pequeñas sardinas que se arrimaban a la playa buscando aguas menos profundas y menos peligrosa. Después de unas semanas, de vivir y comer pegados a la costa, donde abundaba la comida entre las pequeñas piedras y las verdes algas y cuando alcanzaban un mayor tamaño, al ser un poquito mas fuertes, iniciaban el viaje hasta el mar abierto.

 

El tiburón Tronchaespinas, se quedó huérfano muy pequeño, y claro no pudo aprender todas las cosas y consejos que le podían enseñar su mamá y papá. Donde buscar comida, que peces comer, saber que no es comestible un barco o un submarino…en fin, todas las cosas que las mamás y los papás nos enseñan y debemos hacer mucho caso y aprenderlas. Si le hubieran enseñado, le habrían explicado que comer peces pequeños no era bueno ni para el, ni para el mar. 

 

Las sardinas pequeñas le alimentaban muy poco, y por eso, se pasaba el día entero cazando y cazando, y claro, terminaba cada día muy cansado y además al no dejarlas crecer, las sardinas se estaban acabando y había muy pocas. También en alta mar, donde llegaban menos sardinas que antes y claro, otros peces que se alimentaban de ellas, las caballas, las doradas, etc., no tenían que comer y algunos morian, y sin embargo, cada vez había mas peces de los que  las sardinas se comían, peces muy pequeños y al ser tantos casi no tenían ni espacio suficiente para dormir…..(a todo esto se le llama cadena alimentaria, ya lo aprenderás)

 

 

 

 

El mejor amigo del bucanero Paul el bueno, se llama Ángel o Angelito, pero todos le llaman “Ciruelo primero”, este apodo le venía de familia, a su abuelo en el pueblo le llamaban el tío ciruelo, tenia un enorme ciruelo en su casa que daba tantas ciruelas que comían todo el pueblo en el verano esa fruta y muchos hacían hasta mermelada, y el apodo pasó a su nieto, lo de “primero”, es otro cantar, era por su valor. 

Hace años explorando con sus amigos una oscura y húmeda cueva, donde se decía vivía un enorme oso, encontraron un túnel muy estrecho, todos al verlo se quedaron parados y temerosos, pero Ciruelo, dio un paso al frente y dijo 

 

-¡¡Ciruelo primero ¡!.......y entró en el oscuro túnel.

 

 

El bucanero Paul el bueno y su gran amigo Ciruelo, buceaban en busca de pequeños peces en la playa de Adra, cuando de repente …. una gran sombra se acercó a ellos, rápida, veloz…ambos se asustaron y empezaron a nadar hacia la orilla a toda velocidad. Y entonces…., se oyó…

-¡¡ZAS!!

Y el grito de Ciruelo…

-AAAHHHHHH!!!

 

El bucanero Paul, le cogió del brazo y tirando de él, lo saco a la orilla, pensando que su amigo había sufrido un ataque y posiblemente tendría una enorme y sangrienta herida. Cuando miró hacia el mar, vio horrorizado una enorme aleta que sobresalía en el agua ……..

 

 

-¡¡Ciruelo!!, ¡¡Ciruelo!!, ¿Dónde te ha mordido?, ¿estas bien?¡dime!

 

-Ciruelo, alterado y confuso, le miro muy serio…temblando…….brbrbrbr,brbrbrbr,brbrbrbrbr…..

 

A los pocos segundos, le dijo:

 

-¿Sabes una cosa Paul?, ahora van a tener menos problema los pedetes para explotar……..

Y se dio la vuelta, mostrando como su bañador había quedado destrozado y el ataque le había dejado el culete al aire.

 

Ambos rieron. Ja,Ja,Ja

 

-Ciruelo, le dijo muy serio al Corsario Paul, esto tenemos que arreglarlo, no podemos permitir que Tronchaespinas nos amenace a nosotros, a todos los niños y a sus mamás y papás y no podamos bañarnos ni jugar como siempre en el mar.

 

- Tenemos que juntar a la pandilla, tengo un plan, dijo el Corsario 

Paul. Al día siguiente, toda la pandilla fue al mercado y compraron los peces mas grandes que encontraron.

 

Ya en la playa, alquilaron unos patinetes, ataron unas cuerdas a los grandes pescados que habían comprado y empezaron a pedalear a toda velocidad, muy, muy deprisa, arrastrando los pescados, como si estos nadaran libremente, detrás de los patines…

 

-Deprisa, deprisa, mar ¡adentro. decía el Corsario Paul

 

-¡¡a toda velocidad, Tronchaespinas debe creer que son peces muy apetitosos….que nadan libremente!

 

-¡¡ahí esta!!, ¡¡lo veo!!,  ¡¡lo veo!!, gritó Ciruelo.

 

Tronchaespinas, había visto los apetitosos y grandes peces, que aparentemente nadaban hacia el mar del sur, su olfato le enviaba ordenes a su cerebro; ¡síguelos, síguelos, es comida, es mejor que las pequeñas sardinas!, ¡a por ellos!

 

Primero saboreó una enorme lubina y siguió detrás de los otros pescados, cada vez mas lejos de la costa. Así pasaron muchas horas hasta que termino por comerse todos los peces.

 

-Uuff…. estoy lleno, pensó Tronchaespinas., creo que voy a dormir una buena siesta al lado de ese arrecife tan bonito.

 

 A las pocas horas cuando Tronchaespinas despertó de su maravillosa siesta, se dio cuenta que se encontraba en un lugar que no conocía y cuando quiso poner rumbo a la orilla de la playa que conocía, se dio cuenta que no sabía el camino de vuelta. Los sabroso pescados le habían llevado a un lugar lejano, pero……

 

-Que grandes son los peces aquí, pensó Tronchaespinas, al ver los enormes jureles, peces manta, etc…...

 

-Creo que me voy a quedar a vivir aquí.

 

Mientras el corsario Paul, Ciruelo y toda la panda, regresan cansados, agotados de su enorme esfuerzo, pero felices a su playa, donde muchas personas les esperaban lanzando gritos de alegría y aplausos….

 

-¡¡sois los mejores!!, ¡¡gracias por librarnos de Tronchaespinas!!....

 

-¡¡Viva Paul el bucanero bueno!!

 

Y así, sin hacer daño a nadie, consiguieron que todo el mundo fuera feliz y que Tronchaespinas pudiera tener una mejor vida en el fondo del mar y las sardinas volvieran a la orilla a comer y a crecer.

 

La playa se llenó de gente, que jugaba y disfrutaba del bonito mar y su maravillosa agua.

 

Y colorín y pescado, este cuento ha terminado

 

 

 

 

 

 

 

Muy de tu rollo

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