El silencio de los corderos

Nos gobierna el desconcierto, en fase manga por hombro, la oposición se lidera desde dentro del gobierno y fuera del gobierno hay un enorme páramo donde se erige el teniente legionario Abascal, que sigue sin poder decir nada de valor y solo aporta desplantes toreros ante los niñatos indepes.

Todo esto sucede con las UCI’s llenas, las vacunas a la espera, el mercado laboral en parada cardiorrespiratoria, y sin noticias de cuando y como se reparte el maná (fondos europeos).

En estas estamos, y para que luego digan que los jóvenes solo se movilizan en botellones y fiestas ilegales, pues no, ellos/ellas y sus adoquines defienden el derecho a la libertad de destrucción que ya es el fin de fiesta fijo de cualquier movilización, como los fuegos artificiales en las fiestas del pueblo.

Si el preso fuese un rapero falangista, que alguno habrá, y los destrozos fueran cosa de Isabel Medina y sus mariachis, no imagino la comprensión complice de Echenique y los suyos.

Y el presidente en modo, silencio de los corderos.