Algo tenia que hacer Inés Arrimadas, con la herencia envenenada de aquel torpe y engreído líder caído y con los desastrosos resultados en Cataluña la situaban en medio de un arenoso paramo, sin sombra, ni cobijo, olía cada vez mas a Rosa Diez.
Inés, como hay que hacer en los cruces de carretera, si es que queda alguno y no ha sido absorbido por una rotonda, miró a izquierda y derecha, y vio, de una parte, a un incomodo PSOE con claros síntomas de hartazgo y a su derecha, nadie, aunque a lo lejos, si se ve venir, un viejo camión militar, lleno de vociferantes reclutas con banderitas, poniendo perdida la cuneta y la razón.
La opción natural e histórica de la derecha (PP), es hoy un buque fantasma, perdido entre la neblina y con un capitán al que la gorra le viene grande, atenazado en una invisible pero real pinza entre Abascal y Ayuso y guardando muchos minutos de silencio, por un pájaro, que esta cantando la traviatta ante los tribunales, mal asunto.
Tiene pinta, veremos si es así o no, que, la lideresa naranja, se esta jugando la última mano, donde de no perder, solo ganaría tiempo y aire, para buscar un espacio en el centro derecha, donde cohabitar con los grandes dinosaurios, sin ser devorado por unos u otros.
O sale ilesa, o queda hecho zumo.
Se verá.
Soy de los no inteligentes que lo sabe, y trata de remediar este hándicap. Dura pelea, ¡¡palabra!!
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