Cómplices

El cameo de Rocío Carrasco, ha puesto en evidencia la impactante realidad de un mundo, al que solo nos asomamos, cuando nos lamentamos con desesperante frecuencia ante una terrible noticia o suceso que suele sacudir nuestra conciencia. Sospecho que, junto con la muerte, esta otra plaga casi bíblica, ha permanecido unida a la historia de la humanidad desde el principio de los tiempos, y parece que tanto la una como la otra se empeñan en seguir jodiéndonos la vida a todos, mucho más a ellas, claro.

Al margen, de los neandertales que aún habitan entre nosotros y otros humanoides con déficit neuronal critico, el devastador testimonio de los malos tratos recibidos es además de repugnante, inapelable. Los evidentes errores de la victima, ensanchados por el pánico que todavía transmite, en su desesperado intento de alejar o poner tierra de por medio con el chulo-acosador, no empequeñecen la psicótica conducta del sucio machista y su degenerada conducta.

El desarrollo de esta triste historia, a lo largo de los años, era evitable, sin embargo, se optó por alimentar al monstruo y darle alas, con un goteo constante  de apariciones y mentiras perturbadoras, con la inestimable e imprescindible colaboración de nuestra decadente y mutada prensa, la rosa o la política, es igual, todas se han convertido en juez y parte de todo. Esta innegable complicidad ha permitido desarrollar una sobrevalorada vida de focos y plastos a quien jamás hubiera que haberle dado la palabra, mientras su victima, probaba las amargas aguas del desasosiego y la perturbación. Simplemente contrastar la notica y adjetivar con cautela y precaución cualquier situación, hubiera sido suficiente, pero claro, esto es menos rentable que la gran portada o la bronca tertuliana. Quizás en los últimos años, con el bullicio del mundo del famoseo y con la inacabable burbuja bélica en la política, estamos aceptando sin más, la trola pura y dura, que luego ni se asume ni se rectifica.

El periódico “El Mundo”, no contentos con su quehacer diario, se ha remangado y ha empezado a ensuciar la historia, como hace cada día en otras causas, sembrando dudas sobre algo tan crudo y estremecedor como un intento de suicidio, otras publicaciones, curiosamente del mismo pelaje, les han dejado en evidencia documental, pero tranquilos, volverán.

Ser veraces no es fácil, parece que estamos ante un principio básico en trance de desaparición.