Para mi amigo Raúl:
Eso que llamamos genéricamente libros o leer, es una de las mas eficientes y esplendidas inversiones que puedes hacer en la vida. Por unos pocos euros adquieres riquezas o vives, fascinantes viajes, aventuras, historias de malos y buenos y disfrutas cuentos eternos como “El Principito”. Te sumerges en el sórdido mundo del crimen y los bajos fondos, sin riesgo aparente, resolviendo casos que solo tu y el personaje sois capaces de solucionar. La historia o los personajes que han destacado en ella, tienen un atractivo irresistible, como tantas y tantas civilizaciones que han contribuido al devenir de lo que hoy somos.
Tengo un gran pecado que confesar, y te lo confieso, pese a mi necesidad diaria de leer y de haber sucumbido al terrible atractivo de miles de libros, sigo sin poder acabar “el Quijote” y han sido ya muchos los intentos y sin embargo he releído hasta la absurdez, muchos de los libros de: John Le Carre, Vázquez Montalbán, Vargas Llosa o de un puñado de autores del frio norte de Europa y de tantos libros relaciones con Roma y su civilización o las temibles historias de mafiosos, además de las “n” veces que me he perdido en las escenas de “El Padrino”.
Mi manifiesta enemistad con la fiesta folclórica y de sarao, sea de donde sea, se convierte por entero en admiración y gusto por el mágico día de Sant Jordi, que he tenido la fortuna de vivir muchas veces en Cataluña, y que estos últimos años he echado de menos, a pesar de la excesiva comercialización del concepto, pero no importa.
Rosas y Libros, pura magia.
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