Puigdemont es el niño acusica de la clase, a ese que todos le teníamos tanta manía. Ayer emergió de su silencio revelando al mundo la verdad sobre Ceuta y Melilla, calificándolas de ciudades africanas, de lo que viene a ser África, nunca hubiéramos reparado en ello. Abascal, hombre de camisa prieta, a ver si aprende a comprarse la ropa de su talla, esta al borde de la asfixia, se va a enfadar y mucho cuando se entere de esta noticia, posiblemente sea su mayor disgusto, si nos olvidamos de aquel día que le quisieron ponerlo a trabajar, claro.
Para la crisis con Marruecos, creo que deberíamos echar mano del presunto nuevo President de la Generalitat, el tal Aragonés, Don Pere, hábil y estilista negociador. El compartió días de sudores y fatigas en aquel circo cutre que sus antiguos y nuevos socios montaron en el Palau y cuyos brillantes resultados asolanan el baldío catalán. Ahora y a pesar de haber quedado electoralmente, pelin por delante, de los vicarios del quinto Beatle (Puigdemont), además de aburrirnos con la esperpéntica espera, les ha cedido gustosamente mas del 60% de la gestión presupuestaria y se ha tragado la patria potestad del acusica de marras. ¿Hay quien de más?
Enviémosle a Rabat, en dos o tres meses se lo arregla al cacique de allí, como ha hecho con el de Waterloo.
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