El dolor ajeno

Otegui llega tarde y le ha faltado verdad y valor, aunque sus palabras tienen un claro mensaje y significado dentro del mundo abertzale y son importantes para todos, en esta lenta cicatrización de la enorme herida de décadas de terror etarra. Solo desde el pozo negro del alma se pueden tachar de repugnantes sus afirmaciones, u otros epítetos de igual sesgo, con los que la derecha española y su mediática masa periodística, han ajusticiado el débil intento del personaje. A la izquierda abertzale y a la derecha española, les esta constando la misma vida asumir y expresar las palabras correctas para este nuevo tiempo, quizás porque unos y otros saben de sobra, que sus trayectorias hubieran sido muy distintas, sin la maldita sombra de ETA.

Pero Otegui, 24 horas después, se ha bajado del púlpito y de la seria escenografía y ha vuelto a ser el bocazas de siempre y en plan telepredicador batasuno, hablaba a los suyos, “de cambiar presos por presupuestos”, como si eso fuera posible. En este caso a la derecha política y mediática, que también sabe que tal supuesto es una delirante ficción, si les ha parecido sinceras las palabras del abertzale. 

El uso del dolor ajeno continúa.