Desde que arrancó la legislatura, uno de los “latiguillos” preferidos de la lista, de cositas a repetir machaconamente, que le hicieron a Casado, era acusar al ejecutivo de ser un gobierno Frankenstein, un gobierno monstruo, echo de retales de unos y otros. Pese a todo y al novillero que se corto la coleta, el gobierno ha superado todas sus crisis, enfrentamientos y desencuentros, habitualmente tarde y con prisas y mal gestionados ante la opinión publica.
Por el contrario, Casado, ha pasado de montar pollos cada miércoles al gobierno a montarse un verdadero gallinero en la granja Génova, donde el cacareo de los suyos y su prensa-afin ni cesa, ni hay síntomas de ello, aunque él, cada vez que le preguntan hace una de avestruz, agachando infantilmente la cabeza y guardando un silencio que destila una inmadurez patética.
La pinza Ayuso-Cayetana, esta en todo lo alto, apretando que es gerundio. La una aspira al trono máximo, haciendo transbordo en Madrid-Presidencia y la otra morirá matando, que veneno tiene de sobra.
Él, que nos quiere rescatar del infierno sanchista, nos ofrece una alternativa que es un corral donde las plumas vuelan y el ruido atrona.
No hay comentarios
Publicar un comentario