YIYE

Ayer quise disfrutar y pasear, para quien quisiera verla, de la palabra que cuando la escucho de tu boca hace que la magia lo cambie todo; “Yiye”. Asi que me fui por las ateridas calles y descampados de Getafe, durante las 2 horas 11 minutos y 22 segundos que duró la gira deportiva coyuntural, que transcurrió por los 21.097 metros del recorrido, que nos habían preparado amablemente para nosotros.

Tuve la inigualable fortuna, como otras tantas veces, la ultima hacia 8 años, de compartir estas andanzas con el mejor compañero posible, tu tío Charly, quien, una vez más, volvió a ejercer la magia con su particular optimismo, haciéndome llevadero lo que en realidad es una tortura pagana e incomprensible.

Y después, llegados al umbral de la calma y el sosiego y a punto de olvidar el irrefrenable ritmo del trote, poder compartir con quienes son la esencia de mi vida, y los autores materiales, de ser el primer nombre que aparece en la lista de los mayores beneficiarios de la diosa felicidad de toda la historia.

Pero también quiero que sepas, que ayer tenía que saldar una deuda con mi propia voluntad de esfuerzo y tesón y lo más importante de todo, tenia que compartir todas estas sensaciones con esos tres seres mágicos que me acompañan a cada paso y que a pesar de no estar por aquí siempre están conmigo. 

Ya te los presentaré.

Te quiero caramelo-melocotón