Al menos un inútil ha quedado (más) al descubierto

“el enano que no hablaba castellano” (Jordi Pujol) le hizo sudar tinta en “el Hotel Majestic”, lo que seguro, que a José María y su endémica soberbia, no le hizo gracia ninguna. Pero estas cosas pasan en las democracias parlamentarias, cuando se precisan acuerdos/pactos de gentes tan dispares como dos nacionalistas tan cazurros, uno español y otro catalán.

A Pedro, le va a tocar algo de lo mismo y dependerá de su pericia en llegar a un limite plausible y de la justificativa explicación de “decir digo donde dije diego”. 

No le será nada fácil ni consultando a su manual de resistencia. Tiene a unos ansiosos “subasteros” que le tienen que ceder sus votos a cambio de la luna y a la derecha mediática, más beligerante que la clase política, que le van a achicharrar inmisericorde, al margen del resultado que pueda o no obtener.

La elite del independentismo catalán ha dejado de invernar para volver a donde solía.

Reinciden en calentar las orejas a sus fieles con futuribles  promesas que jamás cumplirán en su máxima expresión, como siempre, y han puesto a presidir la procesión, con la inútil ayuda de Yolanda Diaz, a un tipo que estaba ya más descatalogado (el tal Puigdemont) que el aceite de ricino.

Dicho lo anterior, habría que pensar que la otra alternativa es una repetición electoral que no garantiza a nadie que nada cambie.

¿y entonces que?

Hay quien dice que Feijoo nos ha hecho perder el tiempo, puede ser, pero a él le ha venido muy bien para después del batacazo, hizo de tonto de pueblo llegado a la capital y se dejó embaucar por augures de la prensa y la estadística, tomar posesión real de la presidencia del partido, alejando las sombras tenebrosas que le han dado un respiro.

También en este tiempo se ha puesto de manifiesto que Abascal es un inútil innecesario y una trampa electoral, para el extremo de la derecha. Con Aznar y el ventrílocuo M.A.R  ( Miguel Angel Rodríguez y su muñeca) se bastan y se sobran para sacar la horda nacional a la calle y hacer de Vox.

Además, la pobreza intelectual de este personaje, les incomoda de manera creciente. Ayer sin ir más lejos, pedía, una vez más, la ilegalización de los partidos independentistas y nacionalistas, algo tan arcaico e inconstitucional como nocivo, porque entre otras cosas nos sacaría por la puerta de atrás de Europa.

Con este tipo de por medio, la Moncloa le queda lejos y la soledad del niño Feijoo es extrema, solito en el “kínder” de las Cortes, casi nadie quiere jugar con él. Si la prensa y toda la banda se lo permite, intentará sacudirse la caspa de las hombreras de la chaqueta o ponerse una chaqueta nueva, si no, las tenebrosas sombras que habitan en la calle Génova le devoraran hasta los huesos.

La democracia tiene sus riesgos, y la pluralidad a veces parece endiablada, aunque no hace tanto tiempo que la caterva mediática, tan desmemoriada para la suyo, decía estar harta de mayorías absolutas y caudillos.

Que faltaba cultura del pacto, se decía en tertulias y editoriales, pues en eso estamos.