En octubre de 2017, las sedes del PP, entre otros, en Catalunya sufrieron lo suyo.
Entonces se escuchó el lamento y la indignación más absoluta por aquel acoso antidemocrático e incalificable de la turba (Tsunami Democratic). Hasta la prensa se las tuvo que ver con el gentío desafiante.
La actitud pasiva de los antidisturbios de los mossos, según los dirigentes del PP, entre otros, causaba sonrojo por la presunta complicidad de la policía con los revoltosos.
No logro ver diferencia alguna entre los vivido ayer y hoy en la calle Ferraz, a lo sucedido hace años en Barcelona.
Aunque repasando alguna prensa y oyendo a Cuca y algunos de los suyos, debo estar totalmente confundido.
Una vez más.
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